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LOS «PICOS PARDOS» DEL PIB

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¡Hay que ver la que se ha liado con eso de que el PIB incluya las actividades ilegales! Lo que más ha llamado la atención es la inclusión de la prostitución, aunque también se integren el juego ilegal, el tráfico de drogas, el armamento y el I+D que pasa de ser gasto a considerarse inversión y cuya inclusión en este grupo de descarriados debería haberle hecho protagonista de la novedad y no mero comparsa, como en cambio ha ocurrido. Así el PIB de 2013 aumenta en 26 millones (5.400 de drogas y 3.700 de prostitución).

En la aventura del Clavileño, nos cuenta Cervantes que la condesa Trifaldi era tan extravagante que lucía falda de tres picos en vez de hacerlo de cuatro. Eran tiempos en los que las mujeres usaban un lienzo cuadrado abierto en su centro que ajustaban con un cintillo a la cintura dejando caer, con más o menos donaire, los cuatro picos. Cuando la prenda en cuestión era de color pardo significaba que quienes la lucían eran, en expresión anacrónica, mujeres de vida airada, mozas de partido o como tituló el nobel Cela uno de sus libros, izas, rabizas o colipoterras. Ya en el reinado de Carlos III se impuso a las prostitutas la obligación de distinguirse mediante sayas de color pardo cortadas por los bajos en picos. De todo ello, la conocida expresión irse de picos pardos  para referirse a las parrandas de noctámbulos y juerguistas de todo pelaje. Porque la prostitución, durante siglos, no es que estuviera regulada o pagara impuestos, es que, desde la propia Iglesia Católica, se reconocía como un mal menor moralmente necesario para evitar otros mayores como el adulterio, los abusos y las violaciones.

Por eso es chocante que una sociedad tan moralmente relajada como la actual se extrañe de que una actividad ilegal – en determinados países, ya que en otros cotiza en Bolsa – como la prostitución se incluya en el cálculo del PIB. Igual que ocurre con el tráfico de drogas o el juego ilegal, los ingresos generados por estas actividades acaban, en parte, volviendo a la legalidad. No olvidemos que quienes viven de esto también compran pan, llenan el depósito de sus vehículos de carburante y se toman alguna que otra caña en un bar. Y todas esas actividades tributan por impuestos indirectos, sea IVA o especiales – hidrocarburos o alcohol, en este caso cerveza.

Lo único que pretende el nuevo Reglamento (UE) nº 549/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de mayo de 2013, relativo al Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales de la Unión Europea (SEC 2010, más abreviadamente) al reconocer como inversión (formación bruta de capital fijo) es ajustar la realidad económica de los países en lo que respecta a su creación de riqueza. Al fin y al cabo, la economía sumergida siempre se calcula y su ratio sirve para analizar el peso de la misma y el porcentaje de población que se ha visto expulsada del sistema económico, básicamente, por la aplicación de políticas fiscales erróneas. Hay que entender que economía sumergida y fraude fiscal no son magnitudes idénticas.

Pero volviendo a SEC 2010 es muy importante destacar el cambio metodológico que supone incluir la I+D que el SEC 1995 no reconocía como formación bruta de capital fijo a pesar de que cualquier persona sensata y así lo hacía toda la comunidad científica internacional entendía que este gasto es una inversión dada su importante contribución al crecimiento económico futuro. En lo que respecta al gasto militar sólo se recogía como inversión dentro del PIB la adquisición de estructuras y equipamiento militar que tenían un equivalente en uso civil como si el resto de gasto en armamento no supusiera uso de fondos públicos – dinero del contribuyente – y, nos parezca bien o no, generara puestos de trabajo. Puede que socialmente exista una cierta mala conciencia en lo que respecta al gasto militar, pero está ahí y como tal debía recogerse.

El análisis estadístico de la economía debe ser moralmente neutral o será falso e hipócrita. Porque lo que es inmoral no es la estadística sino la realidad que refleja. Así, la contabilización de los ingresos derivados de la prostitución y del tráfico de drogas no tiene más sentido que el de poner negro sobre blanco una serie de situaciones que, con más o menos conocimiento, todos sabemos que existen.

Lo que si se echa de menos en este caso es una actitud política y social ante los importantes problemas que generan estas actividades ilegales. Porque la economía, como la política, si deberían guiarse por principios éticos y morales. Sería deseable, en una sociedad avanzada, erradicar todo aquello que atente contra la libertad y la dignidad del ser humano.

El resultado de estimar el volumen de negocio de la delincuencia ya lo conocemos; se concluirá que son actividades muy lucrativas aunque siempre se olvida que si actuaran en el mercado con las mismas reglas que las empresas legales – pago de impuestos, cotización a la seguridad social de sus trabajadores, etc. – su margen se reduciría a limites similares a los de cualquier otro negocio.

Y ese es el problema; que se va a aumentar el PIB y, por ejemplo, la presión fiscal va a bajar (impuestos / PIB) pero quienes sí vivimos en la legalidad, vamos a seguir pagando los mismos impuestos; porque lo que aquí no se considera son los ingresos fiscales que la actividad en sí genera que realmente son iguales a cero. Por tanto, podemos concluir que al final sólo estamos asistiendo a un maquillaje más de las cuentas públicas.


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